miércoles, 17 de octubre de 2012

Origen de las palabras - hoy: Spam



El spam es uno de las molestias crónicas de nuestra era moderna. Moscas virtuales, podríamos decir, en el sentido de que es más incordiante que peligroso (conviene no confundirlo con otras prácticas como el phishing, que es ciertamente un peligro). Es, también, uno de los tantos anglicismos que de la mano de la tecnología se han colado en prácticamente todos los idiomas.

Pero ¿cuál es el origen del término "spam" en inglés? El rastreo nos lleva, como de costumbre, a lugares insospechados.

Todo empieza en 1937 cuando la compañía estadounidense Hormel Foods Corporation lanza al mercado una nueva marca para su producto estrella, la carne precocida en lata, que a partir de ese momento pasa a llamarse SPAM. Hay distintas versiones dando vueltas sobre el origen de la marca, pero no hallé ninguna verificada. Según la más convincente, en mi opinión, SPAM sería un portmanteau de "Spiced Ham" (jamón condimentado).

Si no me equivoco, la versión local se conoce como "viandada"
El producto fue todo un éxito y tuvo especial protagonismo entre las tropas aliadas durante la 2da Guerra Mundial, sobre todo aquellos estacionados en sitios donde hacer llegar carne fresca presentaba un problema logístico, como las islas del sudeste asiático. Es así como las super prácticas latas de SPAM comenzaron a hacerse ubicuas en desayunos, almuerzos y cenas de los soldados, a tal punto que comenzaron a recibir otros nombres jocosos como "SPecial Army Meat".

El SPAM continuó su carrera ascendente y se extendió por buena parte del mundo conocido. Para los años 60, ya no era necesario contar con un abrelatas para disfrutar de la carne SPAM, ya que la Hormel incluyó en sus latas el sistema de anillo de apertura que fuera patentado en 1956 y cuyos descendientes podemos ver hoy en cualquier lata de gaseosa.

Mientras tanto, en Inglaterra, un grupo de seis jóvenes se unía para formar un grupo de comedia vanguardista que pasaría a la historia como los Monty Python. En particular, Monty Python's Flying Circus, la serie de 45 episodios que la BBC emitió entre 1969 y 1974, contribuiría a que los miembros del clan comenzaran "a ocupar una posición institucional en el edificio de esa misma cultura popular británica que tanto se habían divertido tratando de demoler", según dice el autor George Perry en su libro Life with Python.

Graham Chapman, Eric Idle, Terry Gilliam,
Terry Jones, John Cleese y Michael Palin circa 1969
Flying Circus era distinto a todo lo que había venido antes: una sucesión de sketches que alternaban o mezclaban directamente surrealismo, dadaísmo, irreverencia crónica, animaciones oníricas y sátira filosa. Se transformó en un éxito de culto que continuó en obras de teatro, álbumes, películas de cine - la más famosa por estos pagos sea quizás La Vida de Brian (Life of Brian, 1979); Eric Idle tuvo el gusto de cantar el tema final en la clausura de los últimos Juegos Olímpicos -, videojuegos, y en carreras cinematográficas. Entre estas últimas se destaca, por supuesto, la de Gilliam como director de algunos grandes éxitos de culto: Brazil (Brazil, 1985 ) y Doce Monos (Twelve Monkeys, 1995), para mencionar un par.

"Monty Python's Flying Circus",
versión ZX Spectrum, 1990
La influencia masiva de los Monty Python ha llegado a nuestros días en múltiples formas, lógicamente la mayoría de ellas más comunes y reconocidas en el mundo anglosajón. Ahí tenemos al lenguaje de programación Python, con sus variables metasintácticas spam, ham y eggs. El término Pythonesque forma parte del Oxford English Dictionary, cosa que según Terry Jones "demuestra hasta qué punto [los Monty Python] hemos fallado" en el intento de crear algo absolutamente renovador e inclasificable. Aunque la verdad, parece un poco inútil lamentarse por un mecanismo que es bastante común en tantas áreas: el mainstream de hoy era la vanguardia de ayer, y viceversa. Si nada es permanente, mucho menos lo es la novedad. Creo que pocos se atreverían a calificar al grupo inglés como un fracaso desde ningún ángulo.

¿Spam? Ah, sí. Estamos llegando. Decíamos que el humor de los Monty Python no era para todos los gustos, pero fue sin duda influyente. Uno de los sketches de Flying Circus alcanzó fama por su cuenta, y es el que nos interesa aquí. Tenía como escenario una fonda a la que llegaba (o mejor dicho, descendía) una pareja con ganas de comer algo. La propietaria les recita el menú: "huevo y panceta; huevo, salchichas y panceta; huevo y spam; huevo, panceta, salchichas y spam; spam, panceta, salchichas y spam; spam, huevo, spam, spam, panceta y spam; salchichas, spam, spam, panceta, spam, tomate y spam, ...". Por toda respuesta a la irritación de los recién llegados, que desean algo sin spam, la dueña propone alternativas que incluyen invariablemente más spam. Mientras tanto, un grupo de vikingos que ya estaban sentados en el restaurante empieza a cantar "spam spam spam spam" sin motivo aparente. Poco después se agregan un turista húngaro y un canal de noticias, que ve la crónica del día invadida por la palabra "spam".

Si todo lo anterior suena un tantín absurdo, bueno, eso es Monty Python. El video original se puede ver aquí:


El sketch alcanzó tanta popularidad que entró en la era informática de la mano de los primeros BBSs y MUDs. Limitadas a unos pocos cientos de bits por segundo, las velocidades de conexión de aquellos tiempos hacían que los espacios virtuales fueran vulnerables al flooding, es decir la repetición de caracteres -a cargo de usuarios inescrupulosos o simplemente traviesos- que terminaban inundando lentamente la pantalla de los sufridos pre-internautas que veían sus preciosos baudios gastados en "basura". Un entorno perfecto para que muchos fans de los Monty Python recordaran su sketch favorito tipeando incesantemente SPAM SPAM SPAM. Un simple gráfico en ASCII que contenga la palabra SPAM podía significar varios segundos o minutos de espera, dependiendo de la calidad de la conexión y la velocidad del módem.

El fenómeno dejó entonces de llamarse "flooding" para transformarse en "spamming". La llegada de Internet, las primeras comunidades online y especialmente la popularización de los primeros servicios de distribución masiva de mensajes, como Usenet, dejaron prácticamente sin efecto el viejo flooding/spamming de las terminales de texto, pero en el horizonte apareció una nueva criatura: la publicidad no solicitada.

Con el paso del tiempo, "spamming", "spammer" y "spam" comenzaron a referirse respectivamente a la acción de inundar foros, mensajerías u otros espacios con avisos comerciales, al agente culpable de esta inoculación (generalmente personal de marketing), y al objeto mismo que se quiere publicitar, que en forma de correos electrónicos hoy sigue saturando (y sacándonos de) nuestras casillas y contra el cual los proveedores deben ingeniárselas para elaborar filtros más y más sofisticados.

La historia de la palabra spam es en mi opinión un bello ejemplo de transferencia cultural y de evolución lingüistica. De la carne precocida de sus inicios, el término se adaptó y mutó de generalidad a particularidad, de designar acción u objeto según el ámbito y la época, y está hoy entre nosotros tan incorporado como si hubiera pertenecido al idioma desde el principio (y después de conocer la historia, convengamos en que "correo no deseado" es una expresión muy civilizada pero también más limitada y menos evocativa). Así mirada, la palabra "spam" ha cumplido con su meta-objetivo de hacerse ubicua en el tiempo y el espacio, como celebraban los vikingos de los Monty Python.


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