viernes, 28 de septiembre de 2012

Cine: Monsters


La producción independiente Monsters (2010), de Gareth Edwards, no es necesariamente una gran película. Algunos piensan que no es tampoco una buena película. Otros me han dicho que es el bodrio cinematográfico más importante que han visto en su vida.

Pero para mí representó una experiencia distinta y diría hasta refrescante. La trama es mínima: un fotógrafo debe rescatar a la hija rebelde de su jefe y traerla de vuelta sana y salva a su hogar en Estados Unidos. La chica ha quedado varada en una "zona infectada" de México, una de las tantas áreas de la tierra que han sido copadas por alienígenas. En su viaje de regreso a la civilización la pareja debe cruzar ecosistemas irreconocibles de junglas y ríos y superar distintos obstáculos, humanos y no tanto. En el camino se encontrarán con varios personajes pintorescos y -por supuesto- con sí mismos. Eso es todo.

La parte de ciencia ficción -la invasión extraterrestre- está amortiguada por quizás el único irritante de peso en mi opinión, que es la presencia del MENSAJE: la parábola social, el juego de palabras en inglés con la palabra alien, la idea explícita de que los monstruos "somos nosotros", y otros lugares comunes por el estilo. La insistencia amateur en esta alegoría relega los detalles específicos de la invasión al grado de borrosos, surreales y no demasiado coherentes, aunque es muy probable que el presupuesto magro (u$s 800K) haya tenido algo que ver. Los modestos efectos especiales que llegaron a la pantalla son, sin embargo, bastante efectivos.

La película no pasa de la hora y media, pero muchos de sus detractores mencionan haberse aburrido como ostras (y hablando de lugares comunes -- ¿se aburren las ostras?). Se trata sin duda de una experiencia lenta y hablada. Pero si no me arrepentí de verla, a pesar de la trama ínfima y el didactismo, es porque descubrí cierta poesía inusual en su estilo naturalista. La fotografía, los diálogos, el ritmo deliberado, las ojeras y el acné en las caras lavadas de los actores, me plantearon un mundo táctil y crepuscular a años luz del plástico digital de otras películas con temáticas similares (nada más para mencionar un par recientes, Battle Los Angeles y Battleship), y por lo tanto mucho más apto para la identificación. Puede influir el hecho de que los protagonistas, que son pareja en la vida real, hayan trabajado a lo Blair Witch sobre un guión básico y hayan improvisado la mayoría de sus líneas. O quizás simplemente fueron mis bajas expectativas.

O fue la banda de sonido. No conocía al británico Jon Hopkins antes de Monsters, pero empecé a prestar atención en el segundo tercio de la película. No son muchos artistas los que recuperan para mí el inigualable sonido "spacey" de Vangelis, pero Hopkins logró crear una atmósfera irreal y melancólica con un tema que se repite a lo largo del film y subraya su intimismo constante. A continuación, el tema principal de Monsters, y recomiendo también la variación "Candles".


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Ventaja #1354 de ser un autodidacta


Foto por Chowdhury Farhan Hossain

Creo firmemente que vivimos en una verdadera Era Dorada para el autoaprendizaje. Las opciones para interiorizarse sobre cualquier disciplina u oficio se multiplican día a día en Internet, una proporción creciente de ellas gratuitas, y en su mayor parte todo lo que requieren es tiempo, dedicación y una conexión estable. Aunque para sacarle el verdadero jugo a esta democratización explosiva conviene dominar el idioma inglés,  hoy -más que nunca- una herramienta esencial para cruzar las fronteras de la choza que nos tocó en la Aldea Global, es de esperar que las ofertas en otros idiomas, incluido el español, aumenten gradualmente con el tiempo y la difusión.

Para un autodidacta, sea por hábito o naturaleza, la sensación es similar a la de estar libre en una tienda de golosinas, juguetería, taller; elijan su vicio. Una cantidad interminable de blocs en blanco se aparecen de pronto entre nuestras manos, y al lado vemos cajas enteras de lápices, crayones o acuarelas de colores infinitos. Para quien puede aprovechar este tiempo la realidad ya no es tanto el pasillo gris de la facultad o el escritorio de la oficina, lleno siempre de los mismos trastos, sino que empieza a pintar más como un doodle de Google. En su mejor forma, Internet puede ser un jardín de infantes para la mente, donde podemos explorar y enchastrarnos a nuestro gusto. Esta analogía con la niñez me parece acertada en muchos aspectos; el autodidacta tiene un poco de niño siempre vivo.

La actitud positiva y de pensar en forma creativa, out of the box*, puede promover un sinfín de beneficios en la vida diaria. El término "life hacking" surgió del mundo geek como extensión de técnicas de productividad que se aplican corrientemente a tareas como la programación. Muy pronto, muchos descubrieron que las mismas técnicas, con ajustes necesarios, podían mejorar virtualmente todo aspecto práctico de la vida, especialmente los vinculados a la salud y el aprovechamiento del tiempo. El "life hacking" así entendido se refiere a aprovechar lo que comenzamos a descubrir sobre hábitos, condicionamientos y patrones de pensamiento negativos para utilizarlos en nuestro beneficio. Al fin y al cabo,

"Si lo podés desarmar, si podés entenderlo, podés mejorarlo"

La historia de Mark Lesek


La frase anterior pertenece a un hombre de Tasmania llamado Mark Lesek. Tinkerer** por excelencia y director de una compañía de soldadura y corte de materiales, Lesek sufrió hace unos años un accidente de auto que le costó la mayor parte de su brazo derecho. Las prótesis que probó le costaron dinero, tiempo, frustraciones, y problemas en los frentes médicos y técnicos. Encima, le parecían poco confiables y sentía que empezaban a afectar su calidad de vida. Fue entonces cuando decidió ponerse a trabajar él mismo en el asunto. Le ayudó el visualizar su cuerpo como una motocicleta: mucho más compleja que las que solía reparar, seguro, pero la imagen reducía el problema a una dimensión que le resultaba manejable.

Lesek se volcó a Internet, y descubrió un vergel de patentes para brazos mecánicos, algunas de ellas de principios del siglo XX. Con toda esa información, se abocó a reproducir y modificar los diseños. El brazo mecánico que construyó para reemplazar su miembro perdido es resistente y confiable, y le permite tanto realizar tareas pesadas como "sostener una lata de cerveza" como dice en el video a continuación.





Entre los planes a futuro para mejorar el brazo están el de incluir engranajes y materiales más livianos, como la fibra de vidrio. Por supuesto esto beneficiaría potencialmente a todos aquellos que no pueden costear una prótesis electrónica. La historia de Lesek revela sin dudas un caso de dedicación y esfuerzo, pero también de un marco mental correcto para afrontar la adversidad.

Definiciones

* To think out of the box: capacidad de salir del yogur y ver la realidad con ojos nuevos para potencialmente descubrir nuevas soluciones para un problema dado.
** Tinkerer: dícese del desarmador de radios, arquitecto de Rastis y Legos, destructor y reconstructor nato, pesadilla de cuanto artefacto se le ponga enfrente.


Via:  The Automata Blog

viernes, 21 de septiembre de 2012

La ciencia de la gratitud




"¿Se siente agradecido? Escríbalo. Piénselo. Háblelo. Es hora de agradecer, y no sólo podrá entonces esparcir esas vibraciones positivas entre los que lo rodean, sino que encima su salud mejorará."

Un artículo publicado en ABC News resalta la importancia de la gratitud en la vida de todos los días. No sólo por el beneficio sobre nuestras actitudes, ansiedades y relaciones, sino como disparadora de patrones neuronales positivos que pueden tener un impacto directo en nuestro bienestar físico.

En este link de Google Drive (ex Google Docs) encontrarán una traducción personal del artículo, de dos páginas, listo para leer en español.

Incluye un pequeño ejercicio diario para realizar antes de dormir. 



Vía:  abcNews.com

jueves, 20 de septiembre de 2012

Tom Wilson no quiere Volver al Futuro




La película Volver al Futuro forma parte de los mejores recuerdos fílmicos de una generación entera y continúa siendo, en mi opinión, una de las colaboraciones Spielberg/Zemeckis más brillantes y -naturalmente- perdurables. Como prueba mencionamos el éxito del reestreno digital que organizó CinesArgentinos.com en 2011. La movida de Sir Chandler hizo posible que 60.000 argentinos pudieran entrar en una sala de cine para volver a 1985 y disfrutar la peli entre pochoclos, risas y una alta dosis de nostalgia, con o sin camperas inflables.

Uno de los aspectos más logrados de Volver al Futuro era el tono, siempre con una base de humor ligero. Muchos recordamos con cariño a Biff Tannen, el villano interpretado por Tom Wilson, que no dejaba en paz a los McFly donde (o más precisamente, cuando) quiera que estuviesen. Tanto Michael Fox (Marty) y Christopher Lloyd (el Doc) como los más secundarios Crispin Glover (George McFly) y Lea Thompson (Lorraine) continuaron sus carreras en el cine tras su participación en la saga. Pero ¿qué fue de Wilson?

Tras una aparición en la serie Wing Commander a mediados de los '90 (el juego de PC que protagonizaban Mark Hammil y Malcolm McDowell, no la película posterior de Chris Roberts que no he visto pero que aparentemente no merece la pena), en la que interpretaba al piloto "Maniac", Wilson pareció evaporarse del ojo público.

La "magia" del cine tiene esa costumbre de querer invadir la realidad donde los actores y actrices llevan vidas corrientes, invariablemente mucho más complicadas que aquel mundo donde la eterna inocencia de Marty y el Doc, o el patetismo cómico de Biff, coexisten y parecen hasta normales. Uno gusta de pensar que todo el elenco de una de sus películas favoritas de todos los tiempos se lleva de maravillas. Lo cierto, sin embargo, es que comenzaron a surgir rumores sugiriendo que Wilson no apreciaba demasiado la fama rutilante que le había aportado su rol como Biff.

Como para confirmar las versiones, ya en el siglo XXI apareció en YouTube un insólito video donde el mismísimo Tom Wilson hace referencia a las preguntas que debe soportar desde mediados de los '80. Al parecer el actor se ha reinventado como cómico stand-up, y a juzgar por el éxito y lo hilarante de este clip, podemos suponer que mal no le debe ir. Reproducimos abajo la letra en inglés de "The Question Song" para que se pueda seguir el hilo. Además, encontramos allí la opinión de Tom (¿o es más bien Biff en este caso?) sobre una eventual nueva secuela de la serie.



miércoles, 19 de septiembre de 2012

Ilusión óptica

¿Cómo crear una animación con sólo dos hojas de papel?

Con una técnica muy ingeniosa y dejando que los ojos hagan el resto, como se muestra en este video.



El pez que quería ser piloto de avión

Tal vez este muchacho (su nombre oficial es Macropinna microstoma) no sea nuestra primera opción para decorar un acuario, y no sólo porque su hábitat son las profundidades abisales donde la luz del sol no llega.

Pienso que también su aspecto de criatura Gigeriana le jugaría un poco en contra. Con esa cabeza transparente, que parece una cúpula de cristal. ¿Y esas dos esferas verdes de ahí adentro? ¿Y esa expresión de melancolía?


La clave para decodificar este pez: lo que parecen ser los ojos, situados arriba de la boca, son en realidad los órganos olfativos, es decir el equivalente a fosas nasales. Los ojos reales son las esferas verdes de adentro, que van montadas sobre tubos con forma de barril (de ahí el nombre común en inglés barreleye) y que al redirigirse pueden monitorear tanto el espacio superior como el frontal. Una panorámica envidiable, como en la cabina de un avión.

Video en Youtube

El curioso Macropinna microstoma fue fotografiado por primera vez en 2004, aunque se lo conocía desde 1939. Se estima que más de 8000 especies de peces están esperando ser descubiertas, muchas de ellas en las profundidades oceánicas, allí donde reina una oscuridad absoluta.


Via: Twisted Sifter

El Sr. Scott estaría interesado


Buen motivo para brindar

En 1994, el físico mexicano Miguel Alcubierre propuso un marco teórico para lo que hasta entonces había sido materia exclusiva de los programas de ciencia ficción, en especial Star Trek/Viaje a las Estrellas: la propulsión warp.

La capacidad warp de la Enterprise era un aspecto fundamental de la serie. Gracias a ella la nave podía viajar a velocidades superiores a la velocidad de la luz, y así visitar los innumerables planetas y sistemas estelares donde Kirk, Spock y Bones vivían sus aventuras. A medida que el programa ganaba popularidad y se reproducía en otros medios, como historietas, libros y merchandising, la sed creciente de los fans por absorber hasta el menor detalle de la vida de sus personajes favoritos y las tecnologías que moldeaban su mundo hizo que muchos de los guionistas de Star Trek se explayaran en mayor o menor medida sobre las características de este viaje FTL (Faster Than Light) ficticio, hasta el punto de describir las igualmente ficticias ecuaciones matemáticas que lo hacían posible.


Miguel Alcubierre
Alcubierre tenía de hecho en mente a la creación de Gene Rodenberry cuando propuso el sistema que lleva su nombre. Según esta teoría, el viaje FTL sería posible mediante la contracción y expansión del espacio-tiempo, efectos que ocurrirían delante y detrás respectivamente de una nave que viajaría dentro de una "burbuja" espaciotemporal. Esto le permitiría evitar los efectos relativistas usuales, como los que tienen que ver con la dilatación del tiempo. De hecho, dentro de la burbuja las cosas serían totalmente normales y sin acción de fuerzas g, ya que la nave no se estaría desplazando con respecto a su entorno sino que avanzaría en perpetua caída libre gracias a la distorsión (warp) del espaciotiempo circundante.

(Nótese que el efecto warp no debe ser confundido con el concepto de "híperespacio" empleado por Star Wars y otras, de bases  completamente distintas).


No debe sorprender si todo lo anterior suena demasiado a ciencia ficción, pero veamos qué dijo el viernes pasado (14 de septiembre) Harold White, un científico del Johnson Space Center de la NASA, durante un simposio sobre viaje interestelar:

"Hay esperanza".

Lo cierto es que los científicos parecen mirar con simpatía la teoría de Alcubierre, salvo que las condiciones prácticas para garantizar viabilidad son inimaginables: la mínima inversión energética que se requeriría para un viaje de estas características equivale a la energía-masa del planeta Júpiter.

Un montón, y eso sin contar otros factores como la radiación de Hawking o el requerimiento de materia exótica. Pero hay buenas noticias.

Recientemente, White calculó qué sucedería si la forma del anillo plano que rodea la astronave se ajustara más a la de una dona redondeada. En ese caso, descubrió, el motor warp podría ser impulsado por una masa del tamaño de la sonda Voyager 1, lanzada por la NASA en 1977.
Y si la intensidad de los warps espaciales pudiera oscilar a lo largo del tiempo, la energía requerida se reduciría aún más.
"Los descubrimientos que presento hoy cambian la situación de impráctica a plausible y digna de merecer más investigación", dijo White a SPACE.com.

Modelo que ilustra la teoría de Alcubierre.
La nave, con forma de pelota de rugby, va en el centro.

Es muy probable que no lo veamos nosotros, pero tal vez algún bisnieto pueda tomarse un taxi algún día y decir, como Kirk, "lléveme a la segunda estrella a la derecha"


Via:  Space.com